martes, 8 de enero de 2008

La Cosas Bien Claras

Sí, parece ser que “vamos por buen camino” y que “comenzamos este nuevo año 2008 con grandes retos y nuevas oportunidades para México;” o al menos eso dijo el presidente Felipe Calderón la noche de ayer cuando interrumpió la señal de todos los canales de televisión abierta para felicitarnos por este nuevo comienzo. “Como todo acuerdo de esta naturaleza presenta retos y oportunidades, pero en general ha sido benéfico para los mexicanos porque ha permitido que nosotros como consumidores podamos contar con más productos de mayor calidad y a mejores precios, que al mismo tiempo, ha permitido exportar más productos mexicanos…” puntualizó refiriéndose a la entrada en vigor del no cobro de aranceles al frijol, maíz y caña de azúcar provenientes de los Estados Unidos que como parte de los “beneficios” que la modernida’ y el Tratado de Libre Comercio de América del Norte dejan hoy al campo mexicano más vulnerable que nunca.

Y apropósito de campos… los frentes campesinos que se oponen a este avance “significativo” de las oportunidades de producción y exportación del maíz que ha anunciado Calderón, son los mismos que han demando a la Secretaría de Gobernación retirar los spots de radio y televisión en los que Lorena Ochoa dice sentirse orgullosa del campo mexicano y en los cuales se les compara con los campos de golf en los que la tenista jalisciense gana millones de dólares jugando. Vaya que si era un insulto dicha comparación y que no hizo otra cosa más que dejar muy mal parada a la tenista mexicana pues a la gente de comunicación al interior de la SAGARPA se olvidó del objetivo fundamental de su empleo: informar. Pues a nadie importa si a Lorena le causa orgullo o no la agricultura del país pues -en teoría- todos nos sentimos orgullosos de nuestros jornaleros mexicanos. Más bien sería interesante saber si ella sabe que frutos son producidos en nuestro país y si está de acuerdo con la situación por la que ahora atraviesa. Así podría quizás apoyar y fomentar el desarrollo de nuestra tierra. Poca cosa.

Pero el panorama del país no se reduce sólo al incremento en los precios de la gasolina y de la mayoría de los productos de la canasta básica, o a los disturbios que protagoniza la estatua hueca del expresidente Fox en Veracruz, y que decir de las fuertes heladas o el inminente y desalentador pronostico de recesión para este año en Estados Unidos y que claro nos va a pegar, o qué tal la destitución de las cabezas altas en la CONADE, el nuevo consejero del IFE o la famosa cuesta de enero. ¡No! Hay más… y es que la mañana de este lunes, nuestro país despertó sin una voz.

No precisamente la de algún cantante extraído de cualquier reality show –el que se les ocurra, tampoco la de algún presentador de notitas de ocasión o de “todo lo que quieres saber de tus artistas favoritos”… no, se trata de un rapto del que no nos repondremos jamás, de una represión de nuestra libertad de elegir lo que queremos saber: la censura de una voz en pro de la pluralidad, con profundo respeto por el ejercicio periodístico y con una responsabilidad social por la información que ya soñarían tener esos comunicadores que fueron a hacer su teatro a la Cámara de Senadores allá en septiembre del año pasado, cuando Carmen dijo precisamente en su columna del Reforma: “no comparto en modo alguno la idea de que esta reforma constitucional ponga en riesgo ni mi libertad ni la de ningún ciudadano de este país para expresar opiniones de ningún tipo” y que significó para televisa la gota que derramó el vaso ya de por si medio lleno y que sentenció a la periodista que desde hacía cinco años llevaba la batuta del noticiero más escuchado en la zona metropolitana de la Ciudad de México: “Hoy por hoy” a través de la frecuencia de WRadio (filial de Televisa Radio).

Y no es de extrañar que la salida de Aristegui cause revuelo pues simplemente resulta incongruente que una empresa la cual se hacía de un prestigio gracias a la periodista y que obtenía grandes ganancias del raiting generado por la emisión que ésta precedía haya decido no renovar su contrato debido a que -en palabras de la misma organización; “no hubo posibilidad de incorporarla a un nuevo modelo editorial en México basado en el trabajo de equipo y el derecho a la información plural…” a lo que Carmen afirmó no ser compatible con dicho modelo debido a los ideales que ella ha defendido desde siempre: los de la objetividad. “Se trata de un ajuste de cuentas” señala Denise Dresser y coincide Lorenzo Meyer; al hacerse evidente la incomodidad generada al interior de Televisa por sus constantes críticas y desacuerdos primero con la extinta Ley Televisa y luego con la referente a la reforma electoral. Hechos que provocaron inicialmente la suspensión del programa de Carmen por SKY en octubre de 2006 debido a “fallas técnicas”, mismas que fueron imposibles de reparar y que éste inicio de año la dejan fuera de la radio.

Por otro lado, se vislumbra la idea de que la decisión de finiquitar a la entrevistadora de CNN En Español ha venido directamente de los Pinos pues se volvió una piedra en el zapato para la presidencia luego de que durante el proceso electoral de 2006 comprobara la existencia de nexos entre la empresa Hildebrando (propiedad del cuñado de Calderón) y el IFE; que pudieran haberse prestado para un posible fraude electoral. Sin olvidar los incidentes relacionados con el Cardenal Norberto Rivera y los escándalos de pederastia al interior de la iglesia católica, o cómo olvidar la denuncia de la anciana que fue violada por integrantes del ejercito mexicano y que son según Calderon “motivo de orgullo” y razón de tranquilidad para la seguridad de la nación. Llaman también la atención las reflexiones de Dresser respecto al ambiente de intolerancia y censura de comunicadores por parte de la presidencia y que nos dejan en medio de una incertidumbre irresistible. Por supuesto que estas suposiciones sólo se verán confirmadas si ningún otro medio radiofónico se atreve a brindar un espacio a Carmen Aristegui para continuar su labor informativa y quien por ahora ha quedado fuera del alcance de las masas populares que tendrán que pagar por leerla en el periódico Reforma o por verla en la cadena estadounidense de noticias CNN. No hay más.

Así pues, empezamos este año con muchos retos y cuentas por saldar. Las cosas quedan bien claras; en este país el acceso a la información es un mal sueño, una utopía. Que razón tenía Bretón cuando dijo que México era surrealista. No queda de otra que prepararnos para lo que se avecina y hacer por no quedarnos en los planos terceros y escenarios paupérrimos de “información” de los medios masivos y sus inyecciones de tranquilizante. Lo ocurrido a esta mujer es indignante y el cinismo de nuestro presidente al vernos de frente para decir “felicidades” son una burla. Mucho me temo que un día de estos no nos vamos a morir de hambre en nuestras trincheras sino de ceguera o sordera asistida... lo que sea. No olvidar que “sin maíz no hay país… y sin frijol tampoco pero sin información menos.”